LITERATURA. POESÍA
ERA la herida
que de noche
recordaba los filos
el agua salada
la irrupción de la luz en los astilleros
el oleaje de la memoria
en los ojos abatidos
LARGAS miradas hacia la nada
la nada que duerme en el jardín
la nada que rodea las cosas
como asedio de tigres
la nada disuelta en el café instantáneo
la del espejo
la que hace rotar
el tiempo de relojes en la sangre
la nada devoradora de infancias
HERIDA
memoria del cuchillo
incrustada /cicatriz
EN ESOS momentos de lagartos
que bajaban con la noche
el tiempo fue un río de imágenes
en medio de las espesas selvas
del estar solo
yo intentaba bogar para no ahogarme
bajo la inmensidad de la página en blanco
ERA LA explicación de la herida
El animal despierto estupefacto
por la contundencia de su mármol
Así irse a trabajar estar entre personas
calles y avenidas
La nada en tránsito hacia
su inevitabilidad de glóbulos rojos
Sombras y luces estar afuera
Adentro un cuarto vacío
comenzaba el río
el desprendimiento del cuerpo
la explosión atómica
que desmontó a Dios
de una vez por todas
EN LA desembocadura comenzaba el mar
entré a ese sueño de agua
para conocer la maquinaria bioeléctrica
de mis constantes intuiciones
acerca de la chispa
que encendió en el centro de la nada
el fuego
el impulso del sentido
la primera luz
el primer balbuceo
aquello que inauguró el mundo
hasta convertirlo en un bote de basura
lo que me ha traído a esta noche
en donde el tiempo es un río de imágenes
PROTEGIDO entre las manos
vive
y al mismo tiempo acaricio
el corazón solar
de donde arrancan los caminos de la vida
sus periplos de luces y sombras
de días y de noches
bajo el tierno rigor
de las auroras
que la mitad del mundo
no vio
no sintió
para que al final
los cuerpos
las sombras y los besos
se perdieran en el mar que es el morir
La sangre y el tiempo
son el sol y el reloj
en esas arenas
en donde la dicha contuvo
sus explosivas ternuras
la callada música
creciendo como un hongo
en la piel
mar de fondo
largo mar
mar de relámpagos
mar de montañas caídas
mar que alza las alas y se va
hasta el fondo de las estrellas
y allí estamos
sonámbulos
nómadas
distraídos
hechos de masa
de cuerpos
de trenes
de ciudades
en arenas movedizas estamos
palabras de arena
cereal de lava
ser de roca y de agua
Jugo de muerte
Polvo de hueso
No soy nada
Mi nombre es Nadie
NADA permanece sin transformarse
Nada es para siempre fuera del poema
El universo se va a expandir
quieras o no quieras
Nosotres simples mortales
nos perderemos
en innumerables formas
en oleajes transatlánticos
en forma de nubes
en la sombra que acaba de cruzar el patio de la casa
Aprender a morir
es reconocer que esa sombra extraña
que nos ha sobresaltado
de pronto
ante el espejo
somos nosotros mismos
el joven
el que fue
la cosa que ahora se hunde
en las arenas de otros tiempos
en la sopa en la espuma del café
Todo se transforma
para recuperarse
para recapitular las montañas ascendidas
las almohadas a solas y las camas largas
de huesos largos
para asirse a sí mismas
ante la joya y el diamante
del morir
pues moriremos a solas
no importa la compañía
la mano que sostiene el pre cadáver
esa ya se diluye
De pronto no se sabe
lo soñó lo vivió
lo escribió lo leyó
Allí comienza el camino rumbo a las estrellas
el sendero que se abre
por donde nos vamos
sea lunes
sea martes
la eternidad comienza
y nos vamos
ASÍ muerte prefiere lo rígido
roca para lamerla
tierra quemada por motores de hastío
prefiere la negra noche contundente
de astros insólitos
de aves desconsoladas
en el vaivén del fuego
lo quemado le agrada
lo que combustiona
la oración reducida a cenizas
o eso es lo que decidimos creer
¿No es muerte lo más hermoso de la vida?
ESOS OJOS petrificados
por la visita inesperada
Esas bocas quebradas
diciendo la última palabra
Es bella la muerte. La muerte es delicada
Es la rosa de la vida
Nada escapa a los algoritmos
al paso de gato
silencioso que pasa
hacia otra vida
pasa
solo pasa