El animal despierto, un poema de Ricardo Ariza

LITERATURA. POESÍA

ERA la herida

que de noche

recordaba los filos

el agua salada                                                                               

la irrupción de la luz en los astilleros

el oleaje de la memoria

en los ojos abatidos

LARGAS miradas hacia la nada

la nada que duerme en el jardín

la nada que rodea las cosas

como asedio de tigres

la nada disuelta en el café instantáneo

la del espejo

la que hace rotar

el tiempo de relojes en la sangre

la nada devoradora de infancias

HERIDA

memoria del cuchillo

incrustada /cicatriz

EN ESOS momentos de lagartos

que bajaban con la noche

el tiempo fue un río de imágenes

en medio de las espesas selvas

del estar solo

yo intentaba bogar para no ahogarme

bajo la inmensidad de la página en blanco

ERA LA explicación de la herida

El animal despierto         estupefacto

por la contundencia de su mármol

Así irse a trabajar             estar entre personas

calles y avenidas

La nada en tránsito hacia

su inevitabilidad de glóbulos rojos

Sombras y luces               estar afuera

Adentro              un cuarto vacío

comenzaba el río

el desprendimiento del cuerpo

la explosión atómica

que desmontó a Dios

de una vez por todas

EN LA desembocadura comenzaba el mar

entré a ese sueño de agua

para conocer la maquinaria bioeléctrica

de mis constantes intuiciones

acerca de la chispa

que encendió en el centro de la nada

el fuego

el impulso del sentido

la primera luz

el primer balbuceo

aquello que inauguró el mundo

hasta convertirlo en un bote de basura

lo que me ha traído a esta noche

en donde el tiempo es un río de imágenes

PROTEGIDO entre las manos

vive

y al mismo tiempo acaricio

el corazón solar

de donde arrancan los caminos de la vida

sus periplos de luces y sombras

de días y de noches

bajo el tierno rigor

de las auroras

que la mitad del mundo

no vio

no sintió

para que al final

los cuerpos

las sombras y los besos

se perdieran en el mar                  que es el morir

La sangre y el tiempo

son el sol y el reloj

en esas arenas

en donde la dicha contuvo

sus explosivas ternuras

la callada música

creciendo como un hongo

en la piel

mar de fondo

largo mar

mar de relámpagos

mar de montañas caídas

mar que alza las alas y se va

hasta el fondo de las estrellas

y allí estamos

sonámbulos

nómadas

distraídos

hechos de masa

de cuerpos

de trenes

de ciudades

en arenas movedizas estamos

palabras de arena

cereal de lava

ser de roca y de agua

Jugo de muerte

Polvo de hueso

No soy nada

Mi nombre es Nadie

NADA permanece sin transformarse

Nada es para siempre fuera del poema

El universo se va a expandir

quieras o no quieras

Nosotres             simples mortales

nos perderemos

en innumerables formas

en oleajes transatlánticos

en forma de nubes

en la sombra que acaba de cruzar el patio de la casa

Aprender a morir

es reconocer que esa sombra extraña

que nos ha sobresaltado

de pronto

ante el espejo

somos nosotros mismos

el joven

el que fue

la cosa que ahora se hunde

en las arenas de otros tiempos

en la sopa           en la espuma del café

Todo se transforma

para recuperarse

para recapitular las montañas ascendidas

las almohadas a solas y las camas largas

de huesos largos

para asirse a sí mismas

ante la joya y el diamante

del morir

pues moriremos a solas

no importa la compañía

la mano que sostiene el pre cadáver

esa ya se diluye

De pronto no se sabe

lo soñó                 lo vivió

lo escribió           lo leyó

Allí comienza el camino rumbo a las estrellas

el sendero que se abre

por donde nos vamos

sea lunes

sea martes

la eternidad comienza

y nos vamos

ASÍ muerte prefiere lo rígido

roca para lamerla

tierra quemada por motores de hastío

prefiere la negra noche contundente

de astros insólitos

de aves desconsoladas

en el vaivén del fuego

lo quemado le agrada

lo que combustiona

la oración reducida a cenizas

o eso es lo que decidimos creer

¿No es muerte lo más hermoso de la vida?

ESOS OJOS petrificados

por la visita inesperada

Esas bocas quebradas

diciendo la última palabra

Es bella la muerte. La muerte es delicada

Es la rosa de la vida

Nada escapa a los algoritmos

al paso de gato

silencioso que pasa

hacia otra vida

pasa

solo pasa

El autor