Poemas de Pájara de Cúrcuma 

Marina Ruiz

5 de noviembre de 2017

Hoy lloré muchas veces en el día

Este cuerpo está sucio me digo

Hay un color a culpas desconocidas

Un sabor a podredumbre adentro que no cesa

Siento que he hecho algo malo y no lo reconozco

El silencio es un amigo que desentiende las fechas y las horas

Doy vueltas en este espacio incoherente que es mi cuarto

Mi cuerpo convulsiona en el piso

Sueño que soy bañada por mi madre y una enfermera

¿De dónde viene el desasosiego que prefiere abandonarse a la tristeza?

A la rabia se le ha borrado el rostro

Todo lo que poseo son fantasmas

Construcciones sin escaleras pasamanos

Ventrículos rotos desparramando la savia de mi centro

Este dolor en las manos que se entumen

Dos garfios han crecido

Este cuerpo mío es un tumulto de palabras inconexas

Adolorido hasta la médula

Roto como un barco que no zarpó al horizonte y se quedó hundiéndose en la orilla

Que me trague el mar completa

Que el aullido de mi boca por fin salga

Que no me toquen si no habrán de amarme

Esta desesperación lleva zurcida mis articulaciones

Esta rigidez se nombra olvido de mi misma

No sé de quién es este dolor que expío

Escojo siempre el camino más Tortuoso

Un ancla hundida en la desdicha

Un árbol que colecciona sufrimiento

Esclavitud se llama también esto que yo nombro


3:43 am

3:43 am

Rígida la mano izquierda despierta en la madrugada

debajo de las sábanas inflamadas articulaciones gritan sordo

El dolor es una flauta muy aguda que canta incluso antes

Poco a poco muevo las manecillas de este reloj apolillado

A gatas encuentro un apoyo para erguirme -un ciervo frágil se levanta-

al caminar manojo de ruinas tintineo

sobo cada parte queriendo pulir las cuitas de mis huesos

acariciando lo oculto que se enrosca adentro

animala desconfiada que me mira de reojo y se arrellana

en algún lugar de este cuerpo el dolor no es un quejido

sino un recuerdo absurdo

una niña pequeña abandonada por su padre

una mujer bien rota que amanece en un albergue después de haber sido violada

un amor que destruyó sus obras de arte

la rabia que le pertenece a las abuelas

(GRITO ahogado EN CUCLILLAS)

pasa la luz

por cada grieta que no ha sido nombrada suficiente

sombras geométricas desfilan perniciosas

sospecho un gozo pervertido en este performance

en que me aferro a la tortura


20 de febrero 2018

La nieve es espesa al interior de la zalea

El poeta Nazim Hikmet viene a verme por la ventana de mi claustro

Es un alce de ojos inconmensurables

Su presencia me lleva hacia adentro

como una flecha filosa que rompe la entraña

y difumina la oscuridad de la mazmorra

Seres distintos me visitan

La que gira por los aires me dice que sea testigo de mi vida

Avienta una soga y escalo solo un poco hacia arriba

La de la canasta de frutas me alimenta

Me cobija

Me prepara para el invierno

El mago que nunca ignora lo que pienso

Me guiña el ojo

Jala la soga con una fortaleza que me recuerda

Que dentro de mí puedo perdonarme

Mi danza se prolonga

Brillo cúrcuma cuando grito